El futuro de las agencias inmobiliarias
jueves, 5 de julio de 2007
Hoy traemos un comentario muy interesante realizado por nuestros amigos de CienLadrillos. Comienzan el desarrollo con una realidad reconocida por todos y que no es otra de que la profesión de Agente Inmobiliario tiene muy mala fama, señalándoles como personas que cobran mucho por prácticamente no hacer nada, un cobro que además no guarda relación con el trabajo realizado sino con el valor de la vivienda/propiedad y que viene expresado por un porcentaje.
La idea está tan extendida que muchos se lo creen, lo ven como una fuente de dinero rápido y sencillo y en los últimos años estas pequeñas empresas han proliferado de forma espectacular.
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En medio del denominado boom inmobiliario había negocio y mercado para las 30.000 inmobiliarias que se habían montado en el país y todas conseguían vender lo suficiente. Sin embargo, en estos momentos la situación y las ventas no son tan sencillas y muchas de esas empresas se han visto obligadas a cerrar sus puertas. Además, la aparición de internet y la presencia de los portales inmobiliarios hacen que la situación de estas empresas requiera importantes cambios.
Los Agentes Inmobiliarios no somos necesarios para que un vendedor encuentre un cliente para su piso, ni para que un comprador encuentre el piso que le gusta.
Quizá alguien pague a una agencia por lo que vale el esfuerzo de poner un anuncio en Internet, porque un vendedor acompañe al posible comprador a visitar el piso, pero nadie encuentra justificado el pagar esos servicios en forma de una comisión sobre el precio de la vivienda.
Alrededor de la venta de viviendas se mueve una intensa actividad económica consistente en la oferta de los más variados servicios y productos, servicios que raramente son ofrecidos por estas agencias inmobiliarias, tasaciones, reformas, créditos puente, seguros, mudanzas,...
Por ello, no podemos estar más de acuerdo con la conclusión de la serie de artículos
y consideramos que las agencias deberían reorientarse a estos valores añadidos, por lo que tanto el comprador como el vendedor estarán dispuestos a pagar.